El resultado global de la final es más contundente que los marcadores que se han visto en los tres encuentros contra el conjunto vasco, pero la sensación que deja esta final es de dominio total del conjunto de Xavi Pascual. El Bilbao Basket es un conjunto que juega al mismo ritmo que su base Aaron Jackson, a fogonazos de talento y así no se puede derrotar a un conjunto sólido como el Regal Barça. Katsikaris llevó todos los encuentros al terreno del pundonor y el corazón para intentar contrarrestar el poderío blaugrana pero no ha sido suficiente para desgastar a la batería de jugadores azulgranas.
El Barcelona continua siendo la mejor plantilla de la ACB a pesar de no poder contar en el tramo decisivo de la temporada sin un especialista en finales como Pete Mickael. La temporada en el Palau ha sido complicada, con lesiones de larga duración como la del ya comentado Mickael y la de Gianluca Basile, dos piezas fundamentales en el esquema cada uno con su aportación. Mickael por la calidad y determinación. Basile por la veteranía y sus triples desatascadores.
Las personas tienden a añorar lo que no tienen pero en este caso es imperiosamente necesario que los aficionados del Barcelona valoren lo que tienen: Víctor Sada. Un actor secundario obligado a asumir el papel protagonista por el bajo rendimiento de su compañero y lo ha hecho por todo lo alto. Brutal su aportación en los tres partidos de la serie defendiendo al playmaker Aaron Jackson y dando criterio y templanza al ataque culé. En el tercer partido Sada ha acabado con un 14 de valoración anotando 6 puntos y capturando 8 rebotes, 5 de ellos ofensivos.
Aprovecho una frase de Antoni Daimiel refiriéndose al ganador de la NBA, Dallas Mavericks, para cerrar el artículo: "En ocasiones gana quien se lo merece. Cuando ocurre, hay que alegrarse por ello".