Siempre es duro perder una final, y más cuando la pierdes en casa y ante tu afición, pero la selección hoy no ha estado acertada, no nos ha mostrado su juego dinámico en ataque y en defensa. Hoy hemos visto a un equipo bronco, en el que dos de sus puntales, Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, no han estado acertados de cara al aro y eso ha pasado factura.
El equipo de Pepu no ha conseguido llegar al nivel de juego que exhibió en el Mundial y en esto pueden haber influido muchos factores, la larga lesión de Jorge Garbajosa, los problemas musculares de la "bomba" Navarro, la poca aportación de los bases suplentes, en especial la de un Sergio Rodríguez muy desdibujado a lo largo del torneo y que resultó pieza clave en la semifinal del Mundial contra Argentina. Estos y otros motivos han propiciado la derrota de la selección, y una derrota siempre es amarga, pero hay que recordar que este equipo es campeón del mundo y ahora también medalla de plata del Eurobasket, un palmarés espectacular.
Si hace un año Pepu hablaba de b-a-l-o-n-c-e-s-t-o hoy tenemos que seguir apostando por esta filosofía. Hay un grupo de jugadores excelente, en la mejor etapa de su carrera pero con un gran recorrido aún. De esta derrota hay que aprender que nunca te puedes relajar ni lo más mínimo, ni aunque seas campeón del mundo porqué si al siguiente partido pierdes de poco sirve lo que hayas hecho en el pasado.
La final de hoy tiene que espolear a los jugadores, el año que viene son los juegos olímpicos, allí se reunirán las mejores selecciones de todo el mundo y esa es su gran oportunidad para demostrar que siguen siendo los "golden boys".
¡Ánimo porqué lo mejor aún está por llegar!
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