Este mediodía, en el Nou Congost, se han enfrentado la segunda y tercera mejores defensas de la Liga, lo que hacía presagiar un partido totalmente distinto al que se ha podido ver. El Unicaja venía de una racha tremenda de triunfos, segundo en la Liga y empatado con el Olympiacos en la cabeza del grupo A de la Euroliga. Lo que no esperaban los hombres de Aíto es que el equipo que menos puntos consigue en la competición nacional y con peor porcentaje desde la línea de 6,25, empezara con un triple. Pues así fue, y lo metió Bulfoni para demostrar que cada vez está más adaptado a los esquemas de Ponsarnau.
El equipo malagueño no se sintió cómodo en ningún momento y los 27 puntos que encajó en el primer cuarto lo dicen todo. Había que replantear el partido. En el segundo periodo las rotaciones visitantes empezaron a funcionar y, tras una mejora indispensable en defensa, el Unicaja consiguió irse al descanso con sólo tres puntos de desventaja.
El conjunto manresano volvió a imponerse en la reanudación, pero los arreones aislados en forma de triple de Haislip y Kelati consiguieron empatar el partido a 55. Cabezas estaba tapando a Javi Rodríguez y parecía que el panorama podía cambiar. La afición local ya no lo veía tan claro y empezaron a aflorar los nervios. El miedo no llegó a aparecer. Al Unicaja le faltó continuidad y al Ricoh le sobró confianza.
Una zona magistral de Aíto, que pasaba de la 3-2 a 2-3 con un incansable Jiménez, intentó colapsar el ataque local, pero Montañez, Bulfoni y Asselin se bastaron para amarrar la séptima victoria manresana y permitir que el Barça empate con el Unicaza en la segunda posición de la tabla. Al final, 81-75 y a esperar que la Lotería de mañana traiga mejor suerte.
P.D.: esta crónica se ha escrito desde la óptica visitante porqué ha sido requerida por la web www.ymalaga.com
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