Festival de baloncesto el que se ha visto este miércoles en Moscú. CSKA y Olympiacos se presentaban a la cita con una baja importante cada uno, por un lado faltaba Smodis y por el otro Macijauskas. A juzgar por lo que tiene cada equipo, la ausencia del alero lituano es bastante más sensible para los griegos. Estos dos no estuvieron pero el resto demostraron porque se habla de que el baloncesto europeo es más rico tácticamente que el baloncesto americano y porque aquí es muy difícil que uno se aburra viendo un partido de alto nivel, aunque sea en la primera fase de la Euroliga.
Pini Gherson situó a su equipo en una zona 2-3 que no tuvo desperdicio. Los dos hombres de arriba estaban muy abiertos para buscar los 2x1 en las bandas y arriesgaban dejando solo al hombre que empezaba el ataque en la posición de base. Sabiendo que Papaloukas empieza el partido en el banquillo, la táctica no les fue mal ya que se llevaron el primer cuarto, 22 a 23.
Ettore Messina puso a los suyos inicialmente también en una zona 2-3 pero después del primer pase cambiaban a hombre. Solo con ver a las dos defensas ya había motivos suficientes para disfrutar del partido pero si además tenemos en cuenta que los dos equipos cuentan con excelentes tiradores, el espectáculo solo podía ir a más. Los rusos intentaban, de inicio, tentar a dos grandes tiradores como Greer y Woods a que lanzaran de tres, pero al primer pase cada uno se emparejaba con su par y el balón tenía que circular más rápido.
Con la artillería que tiene cada equipo, parecía que el planteamiento defensivo tendría que ser un suicidio, pero no fue así. La zona le funcionó a Ghershon ya que obligaban a que empezara la jugada un hombre alto del CSKA y Goree -viéndose solo en el poste alto- se obstinó en lanzar a canasta y se vio que no era la mejor solución porque falló muchos tiros. Además, en ataque, Marc Jackson siguió mostrándose como uno de los pivots com más hambre del continente.
Por el lado de Messina, la cosa funcionó a medias. A sabiendas que el mejor triplista rival estaba lesionado, "sólo" les quedaba parar al trío americano que forman Greer, Woods y Jackson.
Qyntel Woods estuvo desaparecido en combate y se autoproclamó un problema menos para el CSKA. No se le echó en falta. El ex base de los
Milwaukee Bucks y el ex del Cantabria Lobos estuvieron sensacionales. La lástima -para los aficionados griegos- és que no bastaron para ganar el partido ya que el equipo del Pireo, para poder hacer algo grande esta temporada, necesita al póker que forman los tres americanos y Macijauskas como el aire que respiran.
El CSKA de Moscú tiene mimbres de sobras y acabó llevándose el gato al agua. Cuando Goree empezó a ver que podía aprovechar su posición privilegiada en el poste para asistir a sus compañeros, su equipo pegó un estirón. El ex del Gran Canaria no es un referente en este equipo. Ahora le toca trabajar para sus compañeros y el miércoles hizo un buen partido. Acabó con 7 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. ¡Quién se acuerda de Van den Spiegel!
Si a Goree le sumamos la maestría de Papaloukas y la sabiduría de Siskauskas, no hubo más historia. El alero lituano acostumbra ir de menos a más en las competiciones pero ahora tiene tanta calidad a su alrededor que sin quererlo acaba los partidos con buenos números.
En fin, El partido fue un espectáculo ofensivo, defensivo, técnico y táctico pero al final el Olympiacos acabó pagando la baja de Macijauskas y el mal día de Woods. En Moscú, en cambio, pocos se acordarán de que no estuvo Smodis o de que Holden apenas se le vio en la segunda parte. ¿Se volverán a ver las caras en la Final Four?
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