domingo, 10 de febrero de 2008

“Es el reconocimiento del baloncesto a Aito García Reneses”


Esta frase es de Sito Alonso inmediatamente después de que el DKV ganara la Copa del Rey, y no le falta razón. Ha ganado el baloncesto valiente, el baloncesto dinámico de ataque y de alternativas en defensa y según palabras del mismo Aito “el baloncesto del futuro”.

Todo equipo grande tiene un líder y en esta Penya el timón lo lleva un Rudy Fernández espectacular. No hay que olvidar que tan sólo tiene 22 años y ya es un jugador consolidado en una liga tan exigente como la ACB. Pete Mickeal salió a jugar con la misión clara de defender a la estrella del DKV y empezó ganando la batalla. No sólo eso sinó que además sumó en ataque y empezó a meterse a la afición en el bolsillo. Al final, las faltas le sacaron del partido y nadie más pudo parar al escolta mallorquín.

A partir de aquí, equipo, equipo y equipo. Hay que contar que Barton no está al nivel de otras temporadas, Baxter no ha cuajado, el resto del juego interior es nuevo de esta temporada, Mallet también y Ricky Rubio jugaba su primera final de Copa en categoría sénior y ya ha metido dos tiros libres clave en los minutos finales.

Todo queda resumido en la figura de Aito. Esta semana un aficionado de Badalona comentaba por televisión que solamente con ver a tres chavales en el primer equipo ya le hace sentirse contento de ser del DKV Joventut. No sólo es la dobre ‘R’, sinó que por detrás vienen Ribas, Tomás, Franch, etc. La afición de Badalona está volcada con el equipo pero es que a todo aquél que le gusta el baloncesto, también. Sito Alonso sabe lo que dice porque a parte de todo esto hay que sumar las zonas 2-3 y la 1-3-1 que hemos podido ver en esta copa, el hecho de confiar en Popovic al final del tercer cuarto cuando no había jugado ni un minuto en la final y las jugadas de pizarra que han desmantelado a Spahija después de los tiempos muertos.

Las líneas maestras que ha trazado Aito en el DKV son más fáciles de decir que de hacer porqué implica tener la confianza del club, la implicación de todo el equipo, un desgaste tremendo y sobretodo el convencimiento colectivo de que se puede ganar jugando así. Hay que ser valiente y ojalá aparezcan más equipos que quieran seguir este modelo: confiar en los jugadores nacionales, que el sistema de juego determine los fichajes y, sobretodo, tener paciencia. Con esta victoria ha ganado el Joventut pero también ha ganado el baloncesto.

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