En los tiempos de Maldonado y Casimiro la prensa tildaba de milagro al TDK Manresa. Con estos dos técnicos se consiguieron los éxitos más importantes del club: una Copa del Rey y una Liga ACB. El equipo contaba con uno de los presupuestos más bajos de la liga y, sin embargo, año tras año descubría nuevos talentos, mantenía la categoría e incluso se clasificaban a menudo para los playoff. Para más
inri el timón del equipo era Joan Creus, artíficie de los dos títulos, que estuvo en la capital del Bages entre los 36 y los 42 años. Sin duda se puede hablar de milagro pero desde dentro del club siempre se escudaron en que la clave del éxito era el buen entendimiento entre todos los estamentos y el trabajo diario.
Han pasado los años, los presupuestos de los equipos han augmentado y en Manresa ha habido más problemas para seguir en la élite. El equipo ha cambiado de nombre y desde la temporada 1998/99 que el TDK jugó la Euroliga, hasta ahora, en Manresa se han vivido dos descensos. En la anterior etapa en la ACB y con Ricard Casas al mando de la nave, se volvió a hablar de milagro pero el efecto duró poco y los jugadores que destacaban como Oliver, Laviña, Harper Williams y el mismo Casas se los llevaron equipos con más potencial económico. Este es el precio que han tenido que pagar siempre los clubs modestos.
Esta temporada el Ricoh Manresa ha vuelto a la ACB y lo está haciendo a lo grande. Vuelven a tener el presupesto más bajo de la categoría pero la humildad y el sacrificio siguen siendo la bandera del equipo. La fuerza sigue estando en el bloque. Esta vez se ha decididio apostar fuerte por un alero -Matt Walsh- cuando, históricamente, las dos plazas de extracomunitarios estaban reservadas a los pivots. Javi Rodríguez sigue siendo el director de orquestra y con un base experimentado como Berni se ha cerrado el debate entorno a si Rafa Martínez debe jugar de '1' o de '2'. El escolta de la cantera rinde mucho más si juega liberado de la tarea de dirigir el equipo. Y los demás, todos a sumar. En las victorias que han conseguido, cada día ha destacado un jugador distinto, manteniendo siempre la unidad del bloque -por ahora son el segundo mejor ataque de la ACB-. Un dia Walsh, un dia Javi, otro Rafa, en Fuenlabrada fue Guillem Rubio... Y la guinda al pastel la pone Espil. Un jugador que aparte de sacarle tres años a su entrenador le gusta más sacar el fusil -que tan famoso ha hecho Rudy este verano- cuando el equipo más lo necesita.
Cuatro victorias en cinco jornadas lo dicen todo. Y la gente cuando acude al Nou Congost sabe a lo que va. La meta es ir partido a partido y los aficionados ya van descontando cuantas victorias les quedan para no bajar. Todos animan a este equipo donde nadie sabe, en los tiempos que corren, cuanto durará en la elite. Reaparece el milagro manresano...
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