viernes, 3 de junio de 2011

Las comparaciones pueden ser odiosas

En la vida y en el deporte a las personas nos encanta hacer comparaciones. Enterrar un referente para buscar otro. Quién no habrá escuchado alguna vez eso de es el nuevo Rey del Pop, es el nuevo Maradona… y en el mundo del baloncesto son típicas tópicas las expresiones de: es el nuevo Jordan o es el nuevo Dream Team. Es ese afán que tenemos las personas de encontrar un nuevo referente una vez desaparece el anterior, un nuevo dios para una nueva religión, un rey muerto, rey puesto.

Tras la eliminación de ayer del Real Madrid por parte del Bilbao Basket mucha gente apelaba al “Espíritu Manresa”. Aquel conjunto que en el año 1998 se proclamó campeón de liga comandado por Joan “Chichi” Creus con más de 40 años a sus espaldas. A los aficionados al baloncesto, y al deporte en general, nos encantan las apariciones estelares de cenicientas que eliminan a los favoritos al título. En esta ocasión el Bilbao es nuestra cenicienta, hace 13 años fue el TDK.

La verdad es que a primera vista los símiles entre el Bilbao de ahora y el Manresa de entonces son bastantes. Ambos consiguieron clasificarse sextos para el playoff; ambos consiguieron eliminar a un “gallito” en cuartos y ambos eliminaron al Madrid en semifinales. Hasta ahí todo igual, está por ver si el final será el mismo.

Esta comparación superficial nos puede hacer apelar al “Espíritu Manresa”, pero ojo, no hay que olvidar los matices. En el Real Madrid del 98 jugaba un tal Dejan Bodiroga, un tal Santos, un tal Herreros y un tal Orenga, entre otros. Casi lo mismo que ahora: Begic, Tomic, Velickovic, Llull o Sergio Rodríguez.

Hombres como Aaron Jackson, Chris Warren, Vassileiadis, Banic, Mumbrú o Hervelle forman la columna vertebral del Bilbao. Cuando Jackson no juega sale Fisher, cuando Mumbrú no juega sale Vassileiadis, cuando Banic no juega sale Mavroeidis. Tres de estos hombres son internacionales y uno de ellos, Mumbrú, es campeón del Mundo. Un presupuesto de 10 millones de euros, el sexto más alto de la ACB.

Hace 13 años, cuando Joan Creus no jugaba salía Jesús Lázaro, cuando descansaba Jones salía un tal Paco Vázquez, cuando era Alston el que iba al banquillo salía Moraga y si el que descansaba era Sallier entonces entraba Singla. Todos internacionales vamos.

Las comparaciones pueden resultar odiosas si no se tienen en cuenta los matices. Bilbao está haciendo un temporadón, esos es innegable, y el ambiente que se vive en sus partidos de casa es brutal, uno de los mejores de la ACB. La temporada del Bilbao puede acabar siendo inolvidable, pero el milagro del 98 fue eso, un milagro.

1 comentario:

Mo Sweat dijo...

Totalmente de acuerdo, punto por punto. Sin duda no es lo mismo, no son los mismos mimbres; si aquel Manresa hubiese podido contar con la calidad del banquillo de este Bilbao ya hubiese sido la leche...

Saludos.