La afición manresana puede tolerar que al equipo le cueste anotar sin Asselin ni Walsh. Puede tolerar que Espil esté mucho más perseguido cuando sale a cancha o que Alzamora se cargue rápido de faltas. Hasta aquí todo puede entrar dentro de la lógica en la que se encuentra el Ricoh Manresa pero hay ciertos momentos que la gente se cansa de ver que su equipo es incapaz de ponerse por delante, que los rivales meten muchos triples y si encima las decisiones arbitrales no son claras, explotan.Frente al C.B. Granada se armó un escándalo a partir de los 5 últimos minutos de partido que hace años que no se veía. Hierrezuelo estuvo todo el partido pitando faltas dudosas y al final acabó con la paciencia de los aficionados locales cuando en una jugada concreta, Rafa Martínez quedó tendido en el suelo por un golpe, los jugadores del Granada no pararon el juego y lo único que pitaron los árbitros fue una falta antideportiva a Javi Rodríguez. Entonces se alzaron todos los pañuelos, sonaron todas las bocinas y empezaron a caer los insultos. Ya lo tenía complicado el Ricoh para ganar con la ausencia de sus dos americanos, pero si encima los árbitros se ponen chulos, la victoria era una utopía.
Con un Rafa exhausto, Jordi Grimau apareció a 2 minutos del final para anotar dos triples consecutivos que otro día hubieran provocado el cabreo de los aficionados recriminándole que los hubiera lanzado antes, pero esta vez no hizo más que acabar de animar al pabellón. El marcador se redujo de 10 a 2 puntos pero ya no había tiempo.
Ahora desde fuera se habla de crisis porque solo se ha ganado un partido de los últimos seis o siete pero más que crisis ahora hay realidad. Ganar cuatro de los primeros cinco partidos fue una sorpresa. Perder contra el Granada en casa no entra dentro de los planes de la permanencia pero se acerca más a la realidad que le toca vivir al club esta temporada.
Resultado final: 74-76
Nuestro MVP: Samo Udrih, metió triples importantes i consiguió desgastar a Rafa Martínez
Jugador Sorpresa: Jordi Grimau, con sus dos triples en los minutos finales devolvió la esperanza a sus aficionados
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