El Unicaja viajaba a Manresa con las bajas de Dean y Archibald y la duda de Printezis. Éstos tres jugadores estan llamados a tener un papel importante, cada uno en su parcela y mientras estén ausentes, el grupo queda afectado. Además, después de ver el partido de Manresa, a uno le queda la sensación de que a Aito le falta un base que sepa poner orden en la cancha.
El barco malagueño tiene, eso sí, algunos marineros con mucho oficio. De hecho, en líneas generales parece que con las salidas de Cabezas, Haislip y N’Dong el equipo ha perdido talento pero ha ganado oficio. Uno que ya conoce su papel –que no és el que se le saba antes de llegar– es Jiri Welsch (15 puntos). Sin la presión de tener que resolver el partido, es un alero muy váldio para el equipo y en la primera parte fue el principal motor del Unicaja. Lo que pasa es que la nave cajista, de momento navega a impulsos y sin un rumbo fijo, demasiado a la deriva. Y esto es peligroso. Las dos derrotas en dos partidos son un síntoma claro.
Las asistencias que se reflejan en la estadística del partido engañan: 5 para Jeter y 6 para Cook. Ninguno de los dos consiguió hacerse con el mando del partido. Si el arreón inicial lo dio Welsch -con 3 triples consecutivos que fueron los 9 primeros puntos por parte visitante-, el relevo en la segunda parte lo cogió Saúl Blanco (20 puntos) que, sin Taquan Dean, tuvo que cumplir el rol de los dos, ser agresivo en defensa y anotar en ataque. El ex de Fuenlabrada cumplió a la perfección, pero faltaron mimbres.
Por dentro, sin Archibald, Freeland quedaba como única referencia clara pero el veterano Alzamora le comió la moral nada más empezar y le sacó dos faltas al pivot inglés. Printezis sólo jugó unos minutos al inicio del 3r cuarto y el partido demostró tener demasiado peso emocional para Guille Rubio. La grata sorpresa fue la actuación de Augusto Lima (11 puntos, 5 rebotes y 17 de valoración en 14 minutos). El brasileño apunta alto ya que es de esos jugadores que aportan en ambos lados del campo sin hacer ruido y tan sólo tiene 19 años.
Pese que hasta el final el Unicaja pudo ganar, no dio la sensación de que podía hacerlo. Mientras tanto, en Manresa continua el milagro. Con 6 jugadores nuevos en la plantilla -5 de los cuales debutantes en la ACB- y la baja importante de Cusworth, demostraron tener más hambre y más ilusión que su rival. El mejor del partido y el que dio la tranquilidad en los minutos finales (dónde se llegó con empate a 71) fue el más joven de los recién llegados: Sergiy Gladyr. En 18 minutos anotó 17 puntos, con 4 triples. Pero lo mejor de todo es que demostró un descaro muy difícil de encontrar en un chaval que el sábado cumplirá 20 años y que no habia salido hasta ahora de Ucrania. Fue él quien dio la cara cuando más quemaba el balón. Y salió vencedor. Aito intentó poner a Jeter y Cook juntos para jugar el último minuto pero quedó demostrado que los dos no estan, en éstos momentos, para coger las riendas de un equipo que tiene que luchar por la ACB y salir a jugar por Europa. Hay tiempo para reaccionar.
El barco malagueño tiene, eso sí, algunos marineros con mucho oficio. De hecho, en líneas generales parece que con las salidas de Cabezas, Haislip y N’Dong el equipo ha perdido talento pero ha ganado oficio. Uno que ya conoce su papel –que no és el que se le saba antes de llegar– es Jiri Welsch (15 puntos). Sin la presión de tener que resolver el partido, es un alero muy váldio para el equipo y en la primera parte fue el principal motor del Unicaja. Lo que pasa es que la nave cajista, de momento navega a impulsos y sin un rumbo fijo, demasiado a la deriva. Y esto es peligroso. Las dos derrotas en dos partidos son un síntoma claro.
Las asistencias que se reflejan en la estadística del partido engañan: 5 para Jeter y 6 para Cook. Ninguno de los dos consiguió hacerse con el mando del partido. Si el arreón inicial lo dio Welsch -con 3 triples consecutivos que fueron los 9 primeros puntos por parte visitante-, el relevo en la segunda parte lo cogió Saúl Blanco (20 puntos) que, sin Taquan Dean, tuvo que cumplir el rol de los dos, ser agresivo en defensa y anotar en ataque. El ex de Fuenlabrada cumplió a la perfección, pero faltaron mimbres.
Por dentro, sin Archibald, Freeland quedaba como única referencia clara pero el veterano Alzamora le comió la moral nada más empezar y le sacó dos faltas al pivot inglés. Printezis sólo jugó unos minutos al inicio del 3r cuarto y el partido demostró tener demasiado peso emocional para Guille Rubio. La grata sorpresa fue la actuación de Augusto Lima (11 puntos, 5 rebotes y 17 de valoración en 14 minutos). El brasileño apunta alto ya que es de esos jugadores que aportan en ambos lados del campo sin hacer ruido y tan sólo tiene 19 años.
Pese que hasta el final el Unicaja pudo ganar, no dio la sensación de que podía hacerlo. Mientras tanto, en Manresa continua el milagro. Con 6 jugadores nuevos en la plantilla -5 de los cuales debutantes en la ACB- y la baja importante de Cusworth, demostraron tener más hambre y más ilusión que su rival. El mejor del partido y el que dio la tranquilidad en los minutos finales (dónde se llegó con empate a 71) fue el más joven de los recién llegados: Sergiy Gladyr. En 18 minutos anotó 17 puntos, con 4 triples. Pero lo mejor de todo es que demostró un descaro muy difícil de encontrar en un chaval que el sábado cumplirá 20 años y que no habia salido hasta ahora de Ucrania. Fue él quien dio la cara cuando más quemaba el balón. Y salió vencedor. Aito intentó poner a Jeter y Cook juntos para jugar el último minuto pero quedó demostrado que los dos no estan, en éstos momentos, para coger las riendas de un equipo que tiene que luchar por la ACB y salir a jugar por Europa. Hay tiempo para reaccionar.
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