Los aficionados, los medios de comunicación y la propia Federación española, en todas partes se respira un aire de plena confianza de que España se va a traer el oro de Polonia, incluso incluso Pau Gasol afirmaba unos días antes del comienzo del torneo: "solo vale el oro". Parece que la participación de la roja va a ser un paseo militar pero ayer nos dieron el primer aviso: Serbia, 66 - España, 57.
España es el rival a batir si juega como equipo, si todos suman, pero sino es un equipo endeble que se deja llevar por la ansiedad de ser campeones si o si.
Ayer el equipo hizo uno de los peores partidos que se le recuerdan. Negados des de la línea de 6,25 (2 de 18) y con un juego interior endeble dónde solo el gladiador Felipe Reyes sacaba petróleo. Entre los Gasol, Garbajosa y Felipe sumaron unos tristes 25 puntos.
El equipo notó en exceso la baja de Rudy Fernández, solo Juan Carlos Navarro ponía el miedo en el cuerpo (si es que lo tuvieron en algún momento) a los serbios. Si por algo se había caracterizado la selección había sido por imponer el grupo a las individualidades. Nos podemos remontar a la final del último Mundial, dónde Pau Gasol no pudo jugar, el buque insignia del combinado, pero aún así el equipo se extramotivó y arrasó de la pista a Grecia.
Cuando tu ataque no funciona la primera solución para sacar adelante un partido es la defensa. Scariolo probó variantes zonales como la 2-3 o la 1-3-1, pero el problema no era de pizarra sino de intensidad. Los jugadores no mordían y se echó en falta el coraje y la garra de Carlos Jiménez o José Manuel Calderón. Los Raúl López, Cabezas, Garbajosa y Mumbrú tienen que dar un paso al frente y demostrar los galones, porqué sino el oro europeo se va a seguir resistiendo.
Perder en el primer partido no es dramático, es un error fácilmente subsanable, pero tiene que servir de toque de atención para rebajar la euforia. Si España no aprieta los dientes y suda la camiseta que se olvide del oro de Polonia.
España es el rival a batir si juega como equipo, si todos suman, pero sino es un equipo endeble que se deja llevar por la ansiedad de ser campeones si o si.
Ayer el equipo hizo uno de los peores partidos que se le recuerdan. Negados des de la línea de 6,25 (2 de 18) y con un juego interior endeble dónde solo el gladiador Felipe Reyes sacaba petróleo. Entre los Gasol, Garbajosa y Felipe sumaron unos tristes 25 puntos.
El equipo notó en exceso la baja de Rudy Fernández, solo Juan Carlos Navarro ponía el miedo en el cuerpo (si es que lo tuvieron en algún momento) a los serbios. Si por algo se había caracterizado la selección había sido por imponer el grupo a las individualidades. Nos podemos remontar a la final del último Mundial, dónde Pau Gasol no pudo jugar, el buque insignia del combinado, pero aún así el equipo se extramotivó y arrasó de la pista a Grecia.
Cuando tu ataque no funciona la primera solución para sacar adelante un partido es la defensa. Scariolo probó variantes zonales como la 2-3 o la 1-3-1, pero el problema no era de pizarra sino de intensidad. Los jugadores no mordían y se echó en falta el coraje y la garra de Carlos Jiménez o José Manuel Calderón. Los Raúl López, Cabezas, Garbajosa y Mumbrú tienen que dar un paso al frente y demostrar los galones, porqué sino el oro europeo se va a seguir resistiendo.
Perder en el primer partido no es dramático, es un error fácilmente subsanable, pero tiene que servir de toque de atención para rebajar la euforia. Si España no aprieta los dientes y suda la camiseta que se olvide del oro de Polonia.
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