lunes, 28 de diciembre de 2009

Ganó la estopa

Como díria el gran Andrés Montes, el Valladolid de Fisac forma parte del club de la Estopa Mix. ¡Vaya manera de ver el baloncesto! Una cosa es tratar de ser un equipo incómodo, como pretende Jaume Ponsarnau, pero la otra es practicar la variación del basket más cercana al kárate, que es lo que hacen los de Pucela.

En un tiempo muerto del primer tiempo, Porfirio Fisac - o Porkyrio, segun alguna voz de la grada- planteó la guerra de Troya a sus jugadores. "Nos harán faltas que no nos pitarán. Nos pitarán faltas que no haremos. Tenemos que pasar de todo esto porque el arbitraje aquí (Nou Congost) es malo, malo, malo", dijo el técnico del Blancos de Rueda. Palabras textuales. Y el discurso le sirvió porque salieron vencedores del arena manresano.

Fisac tiene su discurso pero su equipo tiene una forma muy particular de trasladarlo a la cancha, sencillamente pegan, pegan y pegan hasta que pitan falta. El balón puede pasar pero nunca puede pasar el jugador. Esta es la premisa. De cara a sus jugadores, el señor Fisac se queja de los árbitros porque al descanso el marcador de faltas era 10 a 20. Pero éste Valladolid hace todas las faltas que le pitan y más. Y no le pitan más porque Víctor Baldo ya está de vuelta y no juega muchos minutos, que sinó...

Con ésta larga introducción ya podems hablar del partido. Por parte del Suzuki Manresa, lo de siempre esta temporada: muchos nervios ante un rival débil, la grada no perdona ni el primer fallo y los jugadores juegan agarrotados. No iran de copas a Bilbao pero hay argumentos para pensar en la permanencia. Básicamente uno de muy sólido. El equipo ya tiene un pivot: Brian Cusworth, que debutó en el Nou Congost por Navidad -en Invierno, según Zapatero. 21 puntos en 25 minutos y recursos de cara y de espaldas al poste. ¿Qué queremos decir con ésto? pues que sin él el Suzuki ha ganado 6 partidos, está con un balance de 7-7 y queda toda la segunda vuelta por delante para jugar como un equipo, con más equilibrio. A Lewis aún no se le puede juzgar.

¿Y por parte del Valladolid? Van a tener que sufrir para salvarse. En Manresa se llevaron un mal partido jugando a muy poco. Responden al perfil de equipo pequeño dirigido por base americano: cada uno va a su bola. Lo más entretenido para el espectador que presencia un partido del equipo pucelano es ver lanzar a Diego García. Las bombas de Navarro a su lado no son nada. 73 a 82 y para casa a dormir. Ya habrá partidos mejores...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Después de leer esta crónica creo que la afición del Congost no acaba de valorar lo que hace este equipo. Un presupuesto de risa y luchando por colarse en copa. Olé, olé y olé!!