Déjà vu en París. La primera semifinal de la Euroliga enfrenta a Barcelona y CSKA, el mismo cruce que en la última Euroliga pero esta vez llegan en situaciones opuestas.
El Barcelona llega a la capital francesa desplegando un juego dinámico, sólido, con una plantilla amplísima y de una calidad enorme. Este es el año de la consolidación del proyecto de Chichi Creus i Xavi Pascual. En resumen, los culés están en el momento óptimo para proclamarse campeones. ¿Pero existe un momento óptimo a un solo partido?
El CSKA, por su parte, ha hecho valer su experiencia y han tirado de galones en la alta competición para meterse en esta final. Afronta una época de transición en la que ha perdido potencial económico lo que ha conllevado que también haya perdido calidad en sus filas. Los rusos se han plantado en la final con una rotación de 7 hombres, la más corta de los 4 finalistas.
La principal arma de los hombres de Pashutin será la veteranía. Jugadores como Siskauskas, Holden, Smodis o Langdon no entienden el baloncesto sin jugar finales. Tienen esa gran cualidad de templar sus pulsaciones cuando todo a su alrededor va acelerado. Son unos maestros en ejecutar la táctica del conejo, popularizada por Manel Comas y que consiste en no dejar que tu rival se escape en el marcador y matarlo justo al final del partido. Puede servir de ejemplo la semifinal del año pasado.
La principal arma de los hombres de Pashutin será la veteranía. Jugadores como Siskauskas, Holden, Smodis o Langdon no entienden el baloncesto sin jugar finales. Tienen esa gran cualidad de templar sus pulsaciones cuando todo a su alrededor va acelerado. Son unos maestros en ejecutar la táctica del conejo, popularizada por Manel Comas y que consiste en no dejar que tu rival se escape en el marcador y matarlo justo al final del partido. Puede servir de ejemplo la semifinal del año pasado.
Precisamente el lituano puede ser una de las grandes bazas del CSKA, es de los pocos jugadores que no solo puede parar a Pete Mickael sino que además lo puede poner en serios aprietos en defensa. Pero el equipo moscovita necesitará algo más para vencer. Junto a él Khyriapa que ha hecho una fase regular y, sobretodo, un Top16 estelar.
La mejor noticia para el Barcelona antes de llegar a la Final Four es que hay vida más allá de Navarro. El equipo ha conseguido ganar sin la necesidad de que el de Sant Feliu brille. Pascual cuenta con una rotación extensa y de mucha calidad, sobretodo en el juego interior. Morris, Vázquez, N'Dong, Lorbek i Trias son muy superiores al vigente subcampeón de la Euroliga.
Pero la pieza clave del partido i de la final será Ricky Rubio. Todos esperan que Navarro aparezca, que Lorbek se venga arriba, que Mickael, Vázquez y N'Dong impongan su poderio pero si el base funciona el Barça arrasa. Tendrá aún más importancia en esta final porqué todos los rivales o los posibles rivales (Olympiacos y Partizán) presentan propuestas de juego muy similares y que a los catalanes no les van bien: ritmo lento, posesiones largas y marcador bajo. Ante esta clase de equipos es básico en cada ataque sumar y ahí tiene vital importancia Ricky. Es la aduana del juego blaugrana, por él van a pasar todos los balones y es él quien tiene que marcar el ritmo. Si consigue imponerse el Barça tiene mucho ganado. Pero mucho.
La semifinal pinta blaugrana, pero que no se despisten los culés o el CSKA les puede fastidiar el cuadro.
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