martes, 25 de marzo de 2008

El pecado de ser entrenador nacional

La Final Four de la Euroliga de este año se jugará en Madrid, y en ella no podrá estar el equipo de la ciudad, porqué cayó eliminado en el último momento de la competición, frente a un renacido Olympiacos griego.

El Real Madrid había depositado muchas expectativas en llegar a la final de la Euroliga y llevarse el título en casa, pero ya se sabe que no se debe vender la piel del oso antes de que esté muerto. Los hombres de Joan Plaza perdieron los últimos dos partidos, el primero en casa contra el Maccabi de Tel Aviv, y el segundo en el hostil territorio griego.


Después de ésta eliminación ya se han alzado muchas voces cargando contra el entrenador, contra Joan Plaza, por no haber sido capaz de llevar al equipo hasta cotas más altas en Europa. Quiero lanzar una pregunta a todos los que critican, ¿cuántos años hacia que el Madrid no jugaba la Euroliga?

Tanto Joan Plaza, como la mayoría de los integrantes de la plantilla del Real Madrid no habían jugador nunca la Euroliga, y ya se sabe que en este tipo de competiciones la experiencia es básica, solo hay que echar la vista atrás y ver que equipos estan casi siempre en la fase final, CSKA, Maccabi, Panathinaikos...

Desde que Plaza se hizo cargo de la sección de baloncesto ha estado cuestionado, muy poca gente ha depositado total confianza en él, porqué era un entrenador sin experiencia, es muy joven... Muy buenos estos argumentos, sobretodo si miramos en otros banquillos, como por ejemplo el de Pamesa, con Fotsis Katsikaris, o el de Akasvayu, con Pedro Martínez. Todos ellos entrenadores muy veteranos donde los haya. Pero podemos trasladar el ejemplo fuera de nuestras fronteras, Simone Pianigiani, del Montepaschi Sienna, que tan solo tiene 38 años y está cuajando unas temporadas excelentes en Italia.

Joan Plaza carga con una doble presión: la de entrenar al Real Madrid y, además, la de ser un entrenador nacional. Para los entrenadores nacionales parece que los grandes equipos están vetados, con ellos no se tiene paciencia o ocupan el cargo temporalmente, como es el caso de Xavi Pasqual, o el año pasado Natxo Lezcano en Vitoria.

Hasta el mismísimo Aíto García Reneses fue un malquerido en el Palau, se le puso la etiqueta de ser un entrenador perdedor, y acabó saliendo del Palau por la puerta de atrás. Unos años después, con la Penya, ha confirmado que es un perdedor...

No se sabe por qué motivo no se confía en la gente de casa para gestionar los grandes clubes de la ACB, cuando está más que demostrado que somos una potencia del baloncesto mundial, y somos campeones del mundo con un entrenador español.

Es injusto lo que se está haciendo con Joan Plaza, porqué él cogió a un equipo perdedor y lo convirtió en campeón, y no solo eso, lo hizo campeón jugando un gran baloncesto, pero a pesar de eso parece que se sigue poniendo en duda su capacidad.

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