Lo que pasa que hay una diferencia clara entre griegos y rusos. El Panathinaikos se ha pasado de rosca confeccionando la plantilla. Son el único equipo en baloncesto que hace convocatorias para los partidos, como el futbol. Y esto le ha impedido encontrar cualquier esquema de continuidad en el juego. En verano sacaron el talonario para traer a Jasikevicius y Spanoulis y se ha demostrado que el dinero no lo es todo. Muchos cracks y poco sacrificio. El únio que se parte la cara es Diamantidis y esta temporada ha tenido que sufrir el doble porque ni Jasikevicius ni Spanoulis se caracterizan por defender.
En la pintura nos encontramos con más problemas. Batiste, Zizic, Tomasevic, Dikoudis, Alvertis i Tsartsaris. 6 hombres interiores para 2 posiciones. Por mucho que en el baloncesto moderno se hable de rotaciones, éstos se han pasado. Incluso cuando se les lesionó Tomasevic trajeron a Prkacin, por si acaso...
Además, aún quedan Becirovic, Hatzivrettas, Winston y Peperglou, de los cuales, quitando el primero, los otros tres han estado más minutos en el banquillo que en la pista.
Por otro lado, el CSKA, con una plantilla más reducida y mucho más polivalente anda con paso firme por Europa, a pesar de perder el jueves pasado en Barcelona porqué ya estaban clasificados. Sólo voy a poner un ejemplo de las diferentes maneras de actuar de un club y otro. Cuando se lesionaron Smodis y Savrasenko, el club sólo fichó de vuelta a Van den Spiegel y ésto permitió que Andersen tuviera muchos más minutos por partido y volviéramos a ver el Andersen de hace dos temporadas, como uno de los pivots más dominantes del continente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario