- Derek Fisher está compensando todo lo justo que ha ido durante la temporada regular con un buen trabajo en la defensa de ayudas en el poste y con acciones vitales en ataque, en la final frente a Orlando. El espíritu de Horry sigue vivo.
- La NBA no ha sancionado a Michael Pietrus. Una cosa es que los árbitros barran para casa pero otra muy distinta es dejar jugar las finales a un jugador que le dio con los dos puños a Pau Gasol, por la espalda, cuande éste estaba en el aire. No merecería jugar más esta temporada.
- Van Gundy se ha vuelto loco. Rafer Alston va a cumplir 33 años el 25 de julio pero está demostrando que por ahora tiene que ser el base titular de Orlando. Jameer Nelson (27), aunque fuera escogido para el All-star, todavía no está recuperado y los dos triplazos de Fisher fueron culpa suyal en el que dio el pase a la prórroga le dejó un metro para tirar y en el segundo, a medio minuto para el final, se tiró al suelo tras recibir un golpe en la barbilla.
- Definitivamente, me quedo con Turkoglu. Qué cambio ha pegado el turco, que pasó de ser un jugador que se tiraba hasta las zapatillas a uno de los seguros de vida de la liga. Es el alma de Orlando y el apodo "Mr. Cuarto Cuarto" le va como anillo al dedo. Su sonrisa en los canastones del final del partido lo dicen todo. Acaba contrato este año y hay que ir a por él.
- Los Lakers ganaran el anillo. Y si Kobe Bryant tuviera más noches de lucidez, de pensar en el equipo, lo ganarían antes. Cuando espera que el partido le llegue a sus manos, se acerca mucho a la figura de Michael Jordan. Pero cuando intenta hacer la guerra por su cuenta desde el minuto 1, el equipo anda a la deriva y Gasol acaba desquiciado.
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